miércoles, mayo 30, 2012

emily dickinson. si ellos han olvidado y otro



**
1329

Si ellos han olvidado
O están olvidando ahora
O jamás recordaron—
Mejor es no saber—

Las desdichas de las conjeturas
Son una pena más leve
Que una verdad de hierro
Endurecida con un Yo sé—

c. 1874


**
1350

La suerte no es azar—
Es trabajo duro—
La onerosa sonrisa de la fortuna
Se gana—
El señor de la mina
Es esa antigua moneda
Que despreciamos—

c. 1875

Emily Dickinson, Amherst, Massachusetts, 1830-1886
en The Poems of Emily Dickinson, editado por R. W. Franklin, Harvard University Press, 1999
Versión © Silvia Camerotto
imagen de Jamie Baldridge©, A Ten-Penny Prophet, en Uno de los nuestros

**
1329

Whether they have forgotten
Or are forgetting now
Or never remembered—
Safer not to know—

Miseries of conjecture
Are a softer woe
Than a Fact of Iron
Hardened with I know—


**
1350

Luck is not chance—
It’s Toil—
Fortune’s expensive smile
Is earned—
The Father of the Mine
Is that old-fashioned Coin
We spurned—

martes, mayo 29, 2012

alejandra pizarnik. vértigos o contemplación de algo que termina




Vértigos o contemplación de algo que termina

Esta lila se deshoja.
Desde sí misma cae
y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así


***
Privilegio

I
Ya perdido el nombre que me llamaba,
su rostro rueda por mí
como el sonido del agua en la noche,
del agua cayendo en el agua.
Y es su sonrisa la última sobreviviente,
no mi memoria


II
El más hermoso
en la noche de los que se van,
oh deseado,
es sin fin tu no volver,
sombra tú hasta el día de los días



***
Linterna sorda

Los ausentes soplan y la noche es densa. La noche
tiene el color de los párpados del muerto.
Toda la noche hago la noche. Toda la noche escribo.
Palabra por palabra yo escribo la noche.


Alejandra Pizarnik, Buenos Aires, 1936-1972
en Alejandra Pizarnik, Poesía Completa, Editorial Lumen, Barcelona, 2001
imagen de Andreea Anghel©, The Judge III, en Uno de los nuestros

lunes, mayo 28, 2012

irene gruss. por no ser frívola y otros poemas


X

Por no ser frívola, me he vuelto
piedra -asevera la pared-, o espejo.
Piedra o azogue, da lo mismo, soberbio NO.
No juego -duramente dice.

XII

A decir verdad,
la pared no deja pasar nada.
Es por eso que se pinta a la cal,
resguarda el No: la impenetrabilidad pone a prueba
también la lluvia como duda: "¿Eres así,
materia leve?".

XVI

Cabeza muerta la pared,
echo cal viva sobre esa cabeza
adiós adiós el pensamiento o la flor
allí enredada, la hojita
que titila y se aferra al viento.
No digas más. No digas Nada.

Irene Gruss, Buenos Aires, 1950
de La pared, Editorial Nudista, Cosquín, 2012
imagen de Sylwia Makris©, en Uno de los nuestros

domingo, mayo 27, 2012

alfonsina storni. miserable piedra




Miserable piedra

Oh, piedra dura, miserable piedra,
Yo te golpeo, te golpeo en vano,
Y es inútil la fuerza de mi mano,
Oh piedra dura, miserable piedra.

Pero haces bien, oh miserable piedra,
Deja que tiente un golpe sobrehumano,
Deja golpear, deja golpear mi mano,
Oh piedra dura, miserable piedra.

No me des nada, miserable piedra,
Guarda un silencio altivo y soberano,
No te ablandes jamás entre mi mano;
Oh piedra dura, miserable piedra.

Con tu impiedad, oh miserable piedra,
Recobro alientos y el deseo gano,
No te dejes caer sobre mi mano,
Mezquina, estulta, miserable piedra.

Si un día torpe, miserable piedra,
Te venciera la fuerza del verano
Y cayeras a gotas en mi mano
Yo te odiaría, miserable piedra ...


Alfonsina Storni, Sala Capriasca 1892- Mar del Plata 1938.
De Alfonsina Storni, Poesía, Ensayo, Periodismo, Teatro, Tomo I, ‘Ocre. 1925’, Losada, Buenos Aires, 1999
imagen Brooke Shaden©,  Retention, en Uno de los nuestros

jueves, mayo 24, 2012

irene gruss. autorretrato



Autorretrato 

I
Ah, si pudiera recostarme,
ser así, la mosquita muerta que inclina su cuello, lánguida;
si borrara el rictus de una Callas desahuciada, Magnani en batón, así me veo,
dulces musas de la debilidad, dónde estáis, denme la brisa, dénmela,
no la ventolina a orillas del mar, siempre a orillas del mar, ay me,
mandolina y no viola da gamba,
quién me miraría si él observa el culo
de la que pasa, ay me, cuántas uñas delicadas habrán rasguñado el hombro, la nuez,
su espalda, oh, su espalda, y engalanar lo que no tengo,
un aspecto sutil, ese gesto de no haber sufrido hambre, menos ansia
de saber, una sor Juana cortejada por virreyes y virreinas, la suavidad
del papiro, y el vientre sin estrías, ay me,
si hubiese usado aquel pote, si no supiera que el tiempo no es el Teatro No,
máscara que cubre el savoir faire y otras minucias, oh, gatitas, si pudiera lagrimear,
las he visto contonearse sinuosas hacia mi objeto incólume,
han conseguido lo que apenas logré encaramar, robar, gozar
como Dios manda, ah, Dios, si estuvieras aquí, mándame un rayo, algún fulgor,
esa luz que oculta la vejez, la insensatez,
y vuélveme buena, modosa, bella y paciente,
Ingrid en Casablanca, un lirio en flor, el sonido
de la música.

Irene Gruss, Buenos Aires, 1950
Inédito
Imagen de Nihil©, Les Vestales Rouges, en Uno de los nuestros



miércoles, mayo 23, 2012

walt whitman. después de la cena y de la charla



Después de la cena y de la charla

Después de la cena y de la charla, cuando el día ha terminado,
Como un amigo de sus amigos prolonga la retirada final,
Adiós y Adiós repite con labios emocionados,
(Tan difícil para su mano soltarse de aquellas manos que no se volverán a encontrar,
No más comunión de dolor y alegría, de viejo y joven,
Un largo camino que se dilata lo espera, para no volver a regresar,)
Eludiendo, posponiendo la separación, intentando distraer la última palabra siempre tan  pequeña,
Aun en la puerta de salida volviéndose, superfluas culpas que regresan, aun mientras baja los escalones,
Algo para prolongar un minuto adicional, sombras del anochecer se profundizan,
Adioses, mensajes abreviándose, más borroso el rostro y  la forma del que parte,
Pronto a perderse para siempre en la oscuridad, reacio, ¡oh, tan reacio a partir!
Locuaz hasta el último momento.


Walt Whitman, West Hills, Nueva York, 1819 – Camden, Nueva Jersey, 1892
De Leaves of Grass, ‘Sands at Seventy’
Version © Silvia Camerotto
imagen Walt Whitman, Camden, 1891, de © Thomas Eakins

After the supper and talk

After the supper and talk-after the day is done,
As a friend from friends his final withdrawal prolonging,
Good-bye and Good-bye with emotional lips repeating,
(So hard for his hand to release those hands-no more will they meet,
No more for communion of sorrow and joy, of old and young,
A far-stretching journey awaits him, to return no more,)
Shunning, postponing severance-seeking to ward off the last word
   ever so little,
E'en at the exit-door turning-charges superfluous calling back-
   e'en as he descends the steps,
Something to eke out a minute additional-shadows of nightfall deepening,
Farewells, messages lessening-dimmer the forthgoer's visage and form,
Soon to be lost for aye in the darkness-loth, O so loth to depart!
Garrulous to the very last.

domingo, mayo 20, 2012

t. s. eliot. el nombre de los gatos




El nombre de los gatos

El nombre de los gatos es cosa difícil,
no es nada más un juego para los días de fiesta;
ustedes pensarán que estoy más loco que una cabra
cuando les digo que un gato debe tener tres nombres diferentes.
Para empezar,  el nombre que la familia usa a diario,
como Pedro, Augusto, Alonso o Jaime,
como Víctor o Jonathan, Jorge o Guille Bailey—
todos ellos razonables nombres cotidianos.
Existen nombres más elaborados, si les parece, más melodiosos,
unos para los caballeros otros para las damas:
tales como Platón, Admeto, Electra, Démeter—
todos ellos también razonables nombres cotidianos.
Pero les diré que un gato necesita un nombre que le sea propio,
un nombre especial,  majestuoso,
de otro modo ¿cómo podría mantener su cola erguida
o desplegar sus bigotes, o alimentar su orgullo?
Puedo sugerir muchos nombres de este tipo,
tales como Munkustrap, Quaxo o Coricopat,
como Bombalurina o si no Jellyrum—
nombres que solo pertenecen a un gato.
Pero por sobre todo queda todavía un nombre,
y éste es el nombre que jamás adivinarán—
el nombre que ningún hombre puede descubrir—
pero que EL GATO SABE y jamás revelará.
Cuando observen  a un gato en meditación profunda,
la razón, les advierto, es siempre la misma:
su mente está embelesada en la contemplación
de la idea, de la idea, de la idea de su nombre:
su inefable  efable
efainefable
profundo e inescrutable  único Nombre.

T. S. Eliot, St. Louis, Missouri, 1888- Londres, 1965
En Old Possum’s Book of Practical Cats, Harcourt-Brace-Jovanovich Publishers, U.S.A., 1982
Versión  © Silvia Camerotto
imagen de Edward Gorey (tapa de libro) en La Fille D'Or

The Naming Of Cats 

The Naming of Cats is a difficult matter,
It isn't just one of your holiday games;
You may think at first I'm as mad as a hatter
When I tell you, a cat must have THREE DIFFERENT NAMES.
First of all, there's the name that the family use daily,
Such as Peter, Augustus, Alonzo or James,
Such as Victor or Jonathan, George or Bill Bailey--
All of them sensible everyday names.
There are fancier names if you think they sound sweeter,
Some for the gentlemen, some for the dames:
Such as Plato, Admetus, Electra, Demeter--
But all of them sensible everyday names.
But I tell you, a cat needs a name that's particular,
A name that's peculiar, and more dignified,
Else how can he keep up his tail perpendicular,
Or spread out his whiskers, or cherish his pride?
Of names of this kind, I can give you a quorum,
Such as Munkustrap, Quaxo, or Coricopat,
Such as Bombalurina, or else Jellylorum-
Names that never belong to more than one cat.
But above and beyond there's still one name left over,
And that is the name that you never will guess;
The name that no human research can discover--
But THE CAT HIMSELF KNOWS, and will never confess.
When you notice a cat in profound meditation,
The reason, I tell you, is always the same:
His mind is engaged in a rapt contemplation
Of the thought, of the thought, of the thought of his name:
His ineffable effable
Effanineffable
Deep and inscrutable singular Name.

martes, mayo 15, 2012

irene gruss. la pared (fragmento)



La pared 
(fragmento)

I

Le hablo a la pared.
Hay quien escribe poemas
en un muro y luego se despide, tira
la carbonilla a un lado.
Lo mío es hablarle siempre a la pared,
antes de que la derrumbe un fuego
o el tiempo simple.

Ah, ilusa,
empecinada en atender lo que calla,
lo que dice.


VII

Vidrios empañados: si fueran la pared
hasta esa poca humedad sería
rechazada; el agua es débil,
se resbala.

Impenetrable y a veces
mortal, como cal viva
que quema los cuerpos, cenizas quedan
de un líquido temblar,
si me le acerco.

La cal es otro No de la pared,
Llanto, lluvia
o simplemente sangre
quedan como manchas, graffiti,
nada que no salga
mañana o pasado
mañana…


XIII

Guay del que contradiga
lo que la pared dice, el clavo
que sujeta el espejo, la foto
de mamá, sangre
en el muro, la soga
del ahorcado, la de la ropa.


Irene Gruss, Buenos Aires, 1950
La Pared, Editorial Nudista, Córdoba, Argentina, 2012
tomado de El mundo incompleto
imagen de Francesca Woodman© – Space 2, Providence, Rhode Island, 1975-1978, en Uno de los nuestros

lunes, mayo 14, 2012

juana bignozzi. la vida en serio y otros



La vida en serio

Ahora he descubierto el sol, los perros y las mentiras.
La vida es más lógica, no he dicho mejor, sino más lógica.
Cierro los ojos y tomo sol, juego con un perro tan vulgar
que es imposible sentirse separada de él y miento.
Eso me obliga por las noches a sacarme los zapatos
como quien se desnuda,
a caminar descalza por mi casa,
a llorar a solas cada tanto.
Ahora miro a una mujer ni linda ni fea,
pienso que la pequeña vida continúa
y que todo dolor importante tiene testigos,
aunque sean un perro, el sol o las mentiras.

***
Una poesía para impresionar
con grandes imposibles olvidos que no llegan
o esas frases de: tengo para poco
una poesía en realidad para ser un animal herido entre la gente
para irse a un rincón y tratar de no molestar
si digo es poesía ya no me interesa
es porque he empezado a sentir gusto por la vida en serio.

*** 
Pertenencias

Como toda persona que se respeta
tengo una ventana para decir buen día
para dejar que se acerquen
las imágenes que aun reconozco
para escuchar
el paso de la gente de los gatos de las hojas
y sentirme desamparada
a través de mi ventana los ruidos son cada vez menos intensos
y los ruidos de la vida cada vez más lejanos.
Una ventana con ruidos de tormenta de tiempo que pasa planteado el amor
los que me escuchan los que me comprenden
los que no existen
yo misma que hablo cada vez más
y solo logro interesarme por pocos rostros
tan pocos
que bromeo con todo el mundo
para disimular mis preferencias.

Juana Bignozzi, Buenos Aires, 1937
en La ley tu ley, Obra reunida, Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2000
imagen de Martin Stranka©, Have Been Distant, en Uno de los nuestros

domingo, mayo 13, 2012

john ashbery. asimetría



Asimetría

Pasando el puente bajo, nuestras cuentas dan rienda suelta
a una sarta de insultos. Los castaños
alteran sus hojas una a una. Probando un
tópico de conversación atrás de otro, la puerta
admitiendo solo visitas por separado. ¿Por qué no?

¿Fue por eso que evitamos llamar la atención
mientras estábamos en el centro comercial después de que el sol
terminara de alunarse? Había conejos en el oasis
de los que nadie nos habló, menos aun
los vendedores de turrones cercanos. Una
canción de cuna sirve para todo. No hay reglas para escuchar,
solo hábiles gigantes devoradores de perspectivas
o la soledad que se impone a sí misma, anodina
como destacada en píldoras de luz.

John Ashbery, Rochester, 1927
A worldly country, New poems, Harper Collins Publishers, New York, 2007

versión © Silvia Camerotto
imagen de  Kaveh H. Steppenwolf© , en Uno de los nuestros

Streakiness

Passing the low bridge, one’s beads give vent
to a volley of abuse. The chestnut trees
shed their leaves one by one. Trying one
topic of conversation after another, the door
admitted visitors singly. Why not?

Was it for this we eschewed attention-getting
moments in the plaza after the sun
finished sulking? There were rabbits in the oasis
no one told us about, least of all
nougat merchants in close quarters. One
lullaby fits all. There is no clause in hearing,
only nimble perspective-gulping giants
or loneliness asserts itself, featureless
though picked out in pills of light.