lunes, febrero 18, 2013

sylvia plath. dos hermanas de perséfone







Dos hermanas de Perséfone

Hay dos jóvenes: una sentada
dentro de la casa: la otra, fuera.
Un dueto de luz y de sombra
interpretado todo el día entre ellas.

En su lóbrega habitación revestida de madera,
la primera resuelve problemas
matemáticos con una máquina.
Los secos tictacs marcan el tiempo

mientras ella calcula cada suma.
A esa estéril empresa se consagran
sus entornados, sagaces ojos de rata,
su enjuto, pálido rostro de raíz.

Bronceada como la tierra, la segunda está
tumbada, oyendo los tictacs dorados
como el polen en el aire resplandeciente.
Adormilada junto a un lecho de amapolas,

observa cómo sus rojas llamas sedosas,
de sangre en forma de pétalos, 
arden abiertas a la espalda del sol.
Sobre ese verde altar, transformada

Libremente en la novia del sol, ésta última
crece aprisa junto con las semillas.
Arrellanada en la hierba, se siente orgullosa
de estar engendrando a un rey. Ácida

y amarillenta como un limón,
la otra, virgen retorcida hasta el final,
va abocada a la tumba con su carne fea y estragada,
desposada ya con los gusanos, aunque no es una mujer.


Sylvia Plath, Boston, Massachusetts, 1932, Londres, 1963
en Sylvia Plath, Poesía Completa, Edición de Ted Hughes, Traducción y notas de Xoán Abeleira, Bartebly Editores, Madrid, 2009 
imagen de Daria Endresen© – “Frida und die Schmetterlinge”, en Uno de los nuestros

 Sisters of Persephone

Two girls there are : within the house
One sits; the other, without.
Daylong a duet of shade and light
Plays between these.

In her dark wainscoted room
The first works problems on
A mathematical machine.
Dry ticks mark time

As she calculates each sum.
At this barren enterprise
Rat-shrewd go her squint eyes,
Root-pale her meager frame.

Bronzed as earth, the second lies,
Hearing ticks blown gold
Like pollen on bright air. Lulled
Near a bed of poppies,

She sees how their red silk flare
Of petaled blood
Burns open to the sun's blade.
On that green alter

Freely become sun's bride, the latter
Grows quick with seed.
Grass-couched in her labor's pride,
She bears a king. Turned bitter

And sallow as any lemon,
The other, wry virgin to the last,
Goes graveward with flesh laid waste,
Worm-husbanded, yet no woman.

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