lunes, abril 30, 2018

kenneth rexroth. dicen que esto no es un poema



Dicen que esto no es un poema

I

Todo lo que es, es armonía
De otra forma no podría durar.
La armonía de las partes con el todo
Es la definición del bien.
Luego todo lo que es, es bueno.
El hombre es parte de todo lo que es, así
Es parte de su armonía.
Luego él es bueno por naturaleza.
En la medida en que él sepa lo que es
Lo sabe porque es
Por sí mismo una armonía
De unas partes con un todo, de la misma
Clase que todo lo que es. Luego,
La armonía de todo lo que es
Sin el hombre puede ser unida con
La armonía de todo lo que es
Con el hombre como un bien conocible
Un bien moral inmanente.
Pero si este bien es conocido dentro
De unas de las partes, el hombre, debe ser
También conocido por la otra
Parte, Todo lo que Es, entonces aquél que
Es en perfecto acuerdo con Todo
Lo que Es puede actuar en consecuencia
Sin esfuerzo, con una cierta
Reciprocidad, actos como
El amor mutuo de los amigos.
Qué hermoso y qué aparente
Y cómo hiede por la sangre
De la guerra y las crucifixiones.

II

El orden  del universo
Es sólo un reflejo
De la voluntad y la razón del humano.
Todo ser es contingente,
Ningún ser subsiste por sí mismo.
Todos los objetos son movidos por otros objetos.
Ningún objeto se mueve por sí mismo.
Todos los seres tienen origen en otros seres.
Ningún ser es su propia causa.
No hay ser que sea perfecto.
El ser no tiene economía.
Los entes se multiplican
Sin necesidad. No poseen
Principio de la razón suficiente.
El único orden en la naturaleza
Es la subordinación
De una persona a otra.
Las relaciones impersonales
Son por esencia caóticas.
Las relaciones personales
Son el modelo a través del cual vemos
A la Naturaleza como un sistema.
Desde Homero, todos los hombres sensibles
Nos han dicho una y otra vez
Que el universo —
Los grandes principios y fuerzas
Que mueven el mundo —  posee un orden
Nada más como un reflejo
Del coraje, la lealtad,
El amor y la honestidad de los hombres.
Por sí mismos, son crueles
Y completamente superfluos.
El hombre que claudica ante ellos acaba en la locura,
Mata a sus hijos, a su mujer o a sus amigos
Y muere en el polvo ensangrentado,
Habiendo destruido el atesorado
Trabajo de las manos de otros hombres.
Sólo quien los burla logra sobrevivir
Y encuentra un hogar donde envejecer.

Kenneth Rexroth, South Bend, 1956
Traducción de ©César Panza

They Say This Isn’t a Poem
 I
All that is is a harmony,
Otherwise it would not endure.
Harmony of the parts with the whole
Is the definition of goodness.
Therefore all that is is good.
Man is part of all that is, so
He is part of its harmony.
Therefore he is by nature good.
Insofar as he knows what is,
He knows it because he is
Within himself a harmony
Of parts in a whole, of the same
Kind as all that is. Therefore,
The harmony of all that is
Without man can unite with
The harmony of all that is
Within man as a knowable
Good, an inner moral good.
But if this good is known within
By one party, man, it must
Also be known by the other
Party, All That Is, hence he who
Is in perfect accord with All
That Is can act upon It
Without effort, with a kind
Of reciprocity, like acts
Of the mutual love of friends.
How beautiful and specious
And how stinking with the blood
Of wars and crucifixions.

 II
The order of the universe
Is only a reflection
Of the human will and reason.
All being is contingent,
No being is self-subsistent.
All objects are moved by others.
No object moves itself.
All beings are caused by others.
No being is its own cause.
There is no perfect being.
Being has no economy.
Entities are multiplied
Without necessity. They
Have no sufficient reason.
The only order of nature
Is the orderly relation
Of one person to another.
Non-personal relations
Are by nature chaotic.
Personal relations are
The pattern through which we see
Nature as systematic.
Homer, and all sensible
Men since, have told us again
And again, the universe —
The great principles and forces
That move the world — have order
Only as a reflection
Of the courage, loyalty,
Love, and honesty of men.
By themselves they are cruel
And utterly frivolous.
The man who yields to them goes mad,
Kills his child, his wife or friend
And dies in the bloody dust,
Having destroyed the treasured
Labor of other men’s hands.
He who outwits them survives
To grow old in his own home.

domingo, abril 29, 2018

billy collins. night club




Night club

Eres tan hermosa y yo soy un tonto
por estar enamorado de ti
es un tema que aparece siempre
en poemas y canciones.
Parece que no hubiera lugar para la variación.
Nunca escuché a nadie cantar
Soy tan hermosa
y eres un tonto por estar enamorado de mí,
a pesar de que esta idea, seguro
pasó las mentes de mujeres y hombres por igual.
Eres tan hermosa, lástima que eres un tonto
es otra que no escuchas.
O bien, eres un tonto al considerarme hermosa.
Esa no la escucharás nunca, está garantizado.

Sin ningún motivo en especial esta tarde
escucho a Johnny Hartman
cuya voz oscura puede torcer
conceptos sobre el amor, la belleza y la estupidez
como nadie más.
Se siente como el humo de un cigarrillo, que alguien
dejó encendido sobre un piano de media cola
alrededor de las tres de la mañana, elevándose;
humo que rebota hacia las luces brillantes
mientras que afuera en la oscuridad
algunos de los tontos lindos se han reunido
alrededor de pequeñas mesas para escuchar,
algunos con los ojos cerrados,
otros dejándose llevar por la música
como si los retuviera,
o jugando con el hielo de un vaso,
deslizándose gradualmente hacia un sueño rítmico.

Sí, está toda esta estúpida belleza,
resistiendo más allá de la medianoche,
que no quiere irse a casa,
en especial ahora cuando todos en la habitación
miran al hombre alto con el saxo tenor
que cuelga de su cuello como un pez dorado.
Se mueve hasta el borde del escenario
y me da el instrumento
y señala que debería jugar.
Así que pongo la boquilla en mis labios
y soplo con toda la respiración de mi vida.
Somos todos tan tontos,
mi largo bebop comienza diciendo,
tan condenadamente tonto
nos hemos vuelto hermosos sin siquiera saberlo.

Billy Collins, Manhattan, 1941
Versión © Silvia Camerotto


Night Club

You are so beautiful and I am a fool
to be in love with you
is a theme that keeps coming up
in songs and poems.
There seems to be no room for variation.
I have never heard anyone sing
I am so beautiful
and you are a fool to be in love with me,
even though this notion has surely
crossed the minds of women and men alike.
You are so beautiful, too bad you are a fool
is another one you don't hear.
Or, you are a fool to consider me beautiful.
That one you will never hear, guaranteed.

For no particular reason this afternoon
I am listening to Johnny Hartman
whose dark voice can curl around
the concepts on love, beauty, and foolishness
like no one else's can.
It feels like smoke curling up from a cigarette
someone left burning on a baby grand piano
around three o'clock in the morning;
smoke that billows up into the bright lights
while out there in the darkness
some of the beautiful fools have gathered
around little tables to listen,
some with their eyes closed,
others leaning forward into the music
as if it were holding them up,
or twirling the loose ice in a glass,
slipping by degrees into a rhythmic dream.

Yes, there is all this foolish beauty,
borne beyond midnight,
that has no desire to go home,
especially now when everyone in the room
is watching the large man with the tenor sax
that hangs from his neck like a golden fish.
He moves forward to the edge of the stage
and hands the instrument down to me
and nods that I should play.
So I put the mouthpiece to my lips
and blow into it with all my living breath.
We are all so foolish,
my long bebop solo begins by saying,
so damn foolish
we have become beautiful without even knowing it.